miércoles, 5 de septiembre de 2012

20



No lo habías pensado más pero estabas ahí, intentando salir de otra de tus trampas. De las tuyas propias. Miraste aquellas paredes y de pronto todo te pareció un cementerio, un montón de ruinas de madrugadas olvidadas. Estabas ahí en medio, junto a alguien que viajaba por lugares a años luz de ti, quizá también con sus escombros y sus tumbas, pero lejos, lejos de ti y de esa cama.
Y ¿cómo vas a irte? No te sientas fuerte ni poderosa por saber abrir la puerta, no sigas confundiendo las cosas. No es un gesto de fuerza el que te mueve, es la inercia de huir. Cobarde. Sabes quién ser por la noche pero nunca te has preguntado por las mañanas ¿qué papel quieres? Las calles sin luz siempre te dejarán mentir. Las baldosas se vuelven borrosas como tus pupilas y tus papeles. En tu cama sola nunca sentirás el vacío que sentiste en la suya.